Russell gana, Sainz acaba tercero y Alonso pone el espectáculo en el GP de Brasil
Fue su primera victoria en la Fórmula 1, pero a tenor de la superioridad, la calma y la firmeza con las que lo logró, parecería que llevara ganando toda la vida. George Russell culminó un fin de semana para el recuerdo en el que también había vencido en la carrera al sprint con un gran triunfo en el Gran Premio de Brasil, donde no dio opciones a sus rivales y, junto con su compañero Lewis Hamilton, consiguieron un doblete que hacía tiempo que la escudería alemana no lograba y por el que se quedaron a 23 puntos de Ferrari en el Mundial de constructores a falta de una carrera.
Las hostilidades comenzaron desde bien temprano. No se llevaba ni una vuelta cuando un toque entre Ricciardo y un Magnussen que pasó del cielo al infierno en cuestión de dos días (tras haber logrado la pole en la clasificación del viernes) acabó con ambos pilotos fuera y produjo el primer coche de seguridad de la carrera.
Esto castigó en parte la buena salida de Russell, que había cogido una pequeña ventaja y vio cómo se le pegaron todos sus rivales en la reanudación. Tanto se juntaron todos los pilotos, que en cuestión de pocas curvas se dio un vuelco a la situación en los primeros puestos. Hamilton se cerró demasiado ante Verstappen y chocaron (una vez más). Pocos segundos después fueron Norris y Leclerc quienes tuvieron un accidente. Los beneficiados ante esto fueron Pérez y Sainz, que quedaron momentaneamente en puestos de podio.
Carlos Sainz, que terminará la temporada con un sabor de boca mucho mejor que el de principios de año, no tuvo nada sencillo conservar el podio porque tuvo que reponerse de un problema en sus frenos debido a una inoportuna obstrucción del conducto porque se coló dentro un tear-off (la protección desechable de la visera de los cascos), lo que le obligó a pasar por boxes antes de lo debido, pero el ritmo del Ferrari este domingo fue demasiado bueno como para que este contratiempo afectara al español.
Para ritmo alto, el del Alpine de Fernando Alonso. El asturiano, que salía desde el puesto 17 tras la polémica con su compañero Ocon del sábado, fue con diferencia el piloto del día escalando hasta la quinta posición (pese a una lenta parada en boxes) y se quedó a las puertas de poder meter mano a los Ferrari, aunque le faltaron unas pocas vueltas.
Como suele suceder, el coche de seguridad animó la última parte del Gran Premio, en esta ocasión originado por una avería del McLaren de Norris, lo que benefició a los dos españoles, que tuvieron una parada gratis para encarar los últimos giros con mejores neumáticos y poder atacar sin miedo a la degradación.
Con Sainz cuarto y Alonso noveno, los minutos finales fueron un espectáculo. Pérez, que se las prometía felices en la tercera posición, fue adelantado por el de Ferrari, por el asturiano (en un bonito duelo) y por varios más hasta acabar el séptima posición por detrás de su compañero Verstappen, que se negó a acatar las órdenes de equipo para ayudar al mexicano en su lucha con Leclerc por el segundo puesto del Mundial de pilotos.
El propio piloto monegasco, que terminó cuarto, también pidó a su equipo que le dejaran adelantar a Sainz, pero la cercanía de Alonso hizo que los italianos prefierean no arriesgar.
Quien sí aceptó, aunque a regañadientes, fue Ocon, que no pudo ni rechistar a la orden de que no peleara con su compañero español ante la severidad por radio de su ingeniero de pista, que no le dejó ni rebatir, lo que le dio a Alonso vía libre para culminar su gran remontada.
En resumen, pese a que no había en juego ningún título, Interlagos no defraudó a los aficionados a la Fórmula 1, que ya cuentan las horas para que llegue el último Gran Premio del año, que se correrá en Abu Dabi el próximo fin de semana.
En Flashscore puedes consultar cómo fue el Gran Premio de Brasil.