"Todavía me siento como si estuviera en otro planeta intentando entender qué ha pasado", dijo Sabalenka a una pregunta de la AFP durante una sesión de fotos en los jardines botánicos de Melbourne.
Resplandeciente en un glamuroso vestido rosa, con zapatos de tacón alto en vez de sus habituales deportivas, Aryna Sabalenka (24) se embarcó trofeo en mano en un pequeño bote para surcar por el pequeño estanque de los jardines.
Agresiva e imponente en la pista, la próxima número dos del mundo mostró una nueva personalidad y una gracia natural ante las cámaras a pesar de que apenas 12 horas antes había disputado un agotador encuentro a tres sets contra la campeona de Wimbledon, Elena Rybakina.
"Me gusta posar, especialmente cuando eres campeona", dijo al ser preguntada si disfrutaba las obligaciones de ser ganadora de Grand Slam. "Creo que es la mejor mañana de mi vida. Es tan bonito", agregó.
La imagen de la bielorrusa posando serena con el trofeo en un escenario bucólico de Melbourne era difícilmente imaginable hace 12 meses.
Su saque no funcionaba, acumulaba dobles faltas que la dejaban en lágrimas, con su confianza hecha añicos.
Pero ella misma reconoce que existe una "nueva Aryna" que, a sus 24 años, controla sus demonios y saborea las mieles del éxito.
"Tiempo para descansar"
Esta nueva mentalidad quedó reflejada en la final del sábado en la Rod Laver Arena. Después de perder su primer set de 2023 con varias dobles faltas en momentos decisivos, desplegó todo el potencial de sus brazos para ganar por 4-6, 6-3, 6-4.
Necesitó cuatro puntos de partido para cerrar el campeonato, uno de ellos con una doble falta que pareció un guiño a la antigua Aryna.
"Siempre pienso en el partido, en algunos puntos y especialmente en el último partido", dijo Sabalenka, que disputaba su primera final de Grand Slam tras tres semifinales perdidas.
"Pero es demasiado loco. Tengo tantos pensamientos en mi cabeza y solo intento relajarme por un segundo", agregó.
La fiesta del sábado sería buena y algunos miembros de su equipo no se presentaron a la sesión del domingo por la mañana.
"Fue una noche divertida. Todo el mundo estaba demasiado contento, así que algunos no pudieron venir. Fue demasiado anoche", bromeó ella.
¿Qué le depara ahora a la bielorrusa que, controlados sus nervios, será un nombre a tener todavía más en cuenta en el circuito?
"Sí, va a ser diferente", dijo Sabalenka, que prevé tomarse un tiempo de descanso antes de participar en los torneos de Oriente Medio el próximo mes.
"Creo que jugaré solo en Dubái (que empieza el 19 de febrero, ndlr), porque necesito un tiempo para descansar, para relajarme de todo lo que ha pasado y volver a empezar de nuevo".