Los oros se los llevaron el francés Kauli Vaast en la categoría masculina y la estadounidense Caroline Marks en femenina, mientras que el peruano Alonso Correa y la costarricense Brisa Hennessy se quedaron a las puertas del podio al perder sus repectivas finales para el bronce.
Después del oro obtenido por Ítalo Ferreira en Tokio, en la primera aparición del surf como disciplina olímpica, Brasil contaba con muchas opciones de ampliar su medallero olímpico en la lejana isla de Tahití, en la Polinesia Francesa.
Triple campeón del mundo y especialmente cómodo en las aguas salvajes de Teahupo'o, Gabriel Medina era la principal baza de la delegación brasileña, pero quedó apeado en una semifinal marcada por la falta de viento en la que solo pudo enganchar una ola buena.
Con una puntuación de solo 6,33, quedó lejos de los 12,33 de su rival australiano Jack Robinson, quien sí logró puntuar en dos olas distintas.
Todavía con un oleaje modesto, el brasileño (15,54 puntos) se mostró más creativo en la disputa por el bronce ante su combativo rival peruano, Alonso Correa (12,43), la gran sorpresa de la competición masculina.
Medina, de 30 años, se garantizó así un lugar en el podio y una presea que se le escapó en Japón, donde quedó cuarto.
"Gracias, Brasil. Feliz con mi actuación, medalla de bronce, muy feliz de dejarlos a ustedes orgullosos", dijo en un video publicado por el Comité Olímpico de Brasil en la red social X.
Medina también se lleva una instantánea para el recuerdo en los octavos de final después de rozar la perfección al obtener un 9,90 puntos al surfear una ola, un récord en los Juegos.
En la imagen, tomada por un fotógrafo de la AFP, aparece Gabriel flotando por encima de las olas con el índice apuntando hacia el cielo y su tabla también en el aire paralela a él.
Ajustada final femenina
En la final, el tahitiano Kauli Vaast se llevó el oro para deleite de la afición local, después de una destacada actuación con un 9,5 y un 8,17 en sus dos mejores olas que hicieron desistir a su rival australiano (7,83).
Mucho más ajustada estuvo la final femenina, con apenas dos décimas de diferencia entre la puntuación de la estadounidense Marks (10,50) y de la brasileña Tatiana Weston-Webb (10,33), que en semis había ganado a la costarricense Hennessy.
Las dos finalistas se movían bien en el escenario tahitiano. La de Porto Alegre se convirtió este año en la primera mujer en surfear de 10 una ola en esas aguas y la estadounidense de 22 años ganó la prueba del circuito profesional disputada en 2023.
Pero finalmente, la norteamericana se impuso y tomó el relevo a su compatriota Carissa Moore, la primera medalla de oro de la disciplina que hasta Tokio no había formado parte del programa olímpico.
En la final por el bronce, la surfista costarricense esperó demasiado y no encontró la ola correcta, quedándose con una discreta puntuación de 4,93 puntos frente a los 12,66 de la francesa Johanne Defay.
Con este cuarto lugar, Hennessy queda nuevamente rozando las medallas después del quinto puesto obtenido en los Juegos de Tokio.