La actuación de Iga Swiatek en el Abierto de Francia de este año le ha deparado una experiencia dispar, desde un thriller contra Naomi Osaka hasta un duelo exprés contra Anastasija Potapova. En su quinto partido de individuales, se enfrentó a Marketa Vondrousova, contra la que -al igual que en París 2024- tenía un récord de cuatro victorias en cuatro enfrentamientos, además sin perder un set.
Impotencia de Vondrousova y otro rosco de Swiatek
La favorita sólo podía ser una a pesar de la muy sólida actuación de la checa. La de Raszyn, de 23 años, quiso imponer su papel desde las primeras bolas y en los tres primeros juegos sólo cedió un punto a su rival, resolviendo el asunto principalmente con puntos ganadores con su derecha. Condujo hábilmente a su rival por la pista, obligándola a correr riesgos o incluso a intentar defenderse desesperadamente.
No fue hasta el cuarto juego cuando se produjo un intercambio más largo -a 16 golpes- y la sexta cabeza de serie luchó con todas sus fuerzas por hacerse con un punto de ventaja que le permitiera meterse en el partido. Swiatek alcanzó rápidamente otro punto de ruptura, pero esta vez Vondrousova se defendió de forma impresionante, sacando de la línea un par de veces. Cuatro veces aguantó en el juego, pero a la quinta no pudo hacer frente: la polaca se puso 4-0.
Tras el infructuoso combate, las esperanzas de frenar a la polaca se habían desvanecido claramente. La favorita se adjudicó rápidamente un juego con su saque, y la segunda doble falta de Vondrousova le dio una bola de set en el sexto juego. Ella sacó, agachó la cabeza y aceptó el break. No jugó mal, pero no le bastó ni un juego.
Dos juegos fue todo lo que permitió la polaca
No fue hasta el segundo set, tras 36 minutos de juego, cuando la checa logró salvar su primer juego, igualando a uno tras dos bolas mínimamente fuera de banda de la de Raschin. Un fallo momentáneo de concentración y precisión de la líder de la WTA permitió a Vondrousova ganar un punto de ruptura, pero Iga respondió encarrilando rápidamente el set.
La jugadora de 24 años fue un paso más lenta, no pudo seguir el ritmo de Swiatek y fue incapaz de llegar a bolas consecutivas, lo que pronto se tradujo en un break de 3-1 para la polaca, consolidado instantes después por 4-1.
Puesta contra la pared, la checa arrancó su segundo juego con una bola perfecta a la esquina de la pista y un recorte, coronándolo con una estruendosa ovación. Siguió el golpe y empujó a la polaca a la defensiva en el séptimo juego, cosechando ovación tras ovación con bolas enviadas perfectamente sobre la línea, pero ni siquiera le dio un punto de break y la polaca cerró con frialdad el set. Con un juego que defender para mantenerse en el partido, Vondrousova comenzó con una doble falta y, sacada de la pista, no tuvo oportunidad de combatir mucho más. Swiatek la castigó y llegó sin despeinarse ni sudar a la semifinal de Roland Garros.