En un primer set en el que a ambos jugadores les costó mantener su servicio, Mariano Navone actuó de manera muy inteligente para sorprender rápidamente a un Rafa Nadal que arrancó demasiado frío. Rápidamente, el argentino se vio 4-1 arriba, con dos breaks a favor, y la sensación de que la manga inicial iba a caer de su lado.
Sin embargo, nunca te puedes confiar cuando tienes enfrente a uno de los mejores tenistas de la historia. Hubo un momento en el que algo hizo clic en la cabeza del español y se decidió a subir el ritmo. Anuló la desventaja en el 5-5 y se adelantó en el siguiente juego, poniendo las dudas en el lado del sudamericano. El albiceleste resistió y forzó el tie-break, donde terminó imponiéndose 7-2.
Herido por la situación adversa, Nadal rompió el saque de Navone nada más empezar el segundo set y lo confirmó con el 2-0. El duelo iba para largo, pero se vio a un Rafa muy entero, mucho mejor que en su aparición de mayo en Madrid, donde había más dudas sobre su físico.
La frescura se notó en las piernas del ganador de 22 Grand Slams y le ayudó a desplegar un mejor tenis, dejando a su rival encerrado en el fondo de la pista y haciendo las delicias del respetable de Bastad. Desafortunadamente, para el balear, un nuevo arrebato de orgullo del sudamericano le permitió remontar y llevar la definición de la manga hasta el 7-5 favorable al mallorquín.
Finalmente, la experiencia de Nadal le permitió sacar el billete para las semifinales suecas con un 7-5 en el tercer set. Allí, se enfrentará al croata Ajdukovic, que doblegó a Monteiro en la anterior ronda.