Alcaraz sufre ante Struff para subir de nuevo al cielo de Madrid
Salió nervioso Struff, viéndose en la pista central Manolo Santana, con un lleno absoluto, vips incluidos, y con el número 2 del mundo enfrente. Le duró un juego, el que perdió con su saque, pero enseguida se rehizo complicando el servicio de Alcaraz -que aguantó para ponerse 2-0- y ganando los tres siguientes devolviendo la ruptura en blanco. Su juego de saque y volea, tan poco habitual en tierra batida, le estaba saliendo de lujo al alemán, sabedor de que no podía alargar los puntos desde el fondo.
El tenista español no daba crédito e incluso se preguntaba en alto qué hacer para contrarrestar al atrevido lucky loser. Sufrió de nuevo para mantener su saque, lo que le sirvió para recomponerse, resetear y apretar al resto. Ayudó Struff en esos momentos acumulando dobles faltas y cediendo un break para, a continuación, con su saque, se pusiera 5-3.
Parecía encarrilado el set para Alcaraz, mas las sensaciones seguían sin ser las mejores. Tanto que con 5-4 se vio con un 0-40 para el 5 iguales. Una situación muy peligrosa de la que salió airoso el campeón para anotar cinco puntos seguidos y llevarse un set muy sufrido por 6-4 que duró 53 minutos.
¿De la previa?
Parecía que lo peor había pasado para el pupilo de Juan Carlos Ferrero. Nada más lejos de la realidad. Struff, en un abrir y cerrar de ojos, se vio 0-3 arriba ante la incredulidad de Alcaraz y del público madrileño. Tocaba bajar al barro y sudar para remontar a quien perdió en la previa y fue repescado. Y no cometer más errores no forzados, claro. Pero cuando parecía recuperarse, volvía a fallar. El ejemplo, el quinto juego. Desperdició cinco bolas de break, así que el alemán dijo basta y firmó el 1-4.
Fue el punto de inflexión de un segundo set que abrazó con fuerza Struff, que lo terminó cerrando a lo grande, gustándose y saboreando el momento en el que firmó el 3-6 tras 49 minutos de lucha.
Agarrado a la pista y al público
Necesitaba Carlitos algo a lo que agarrarse, algunos buenos golpes, soltar el brazo y dejar atrás el miedo a fallar. Eso llegó en el tercer juego del tercer set. Levantó una bola de ruptura y aprovechó la que tuvo en el siguiente juego para confirmar luego el break, en blanco, y ponerse 4-1. Ya pintaba todo mejor.
Y sin embargo, aún tuvo que esperar ante la enorme competitividad y poderosos saques del germano. Alcaraz mantuvo la calma en esos instantes, pensó sus jugadas con tranquilidad y se apuntó el triunfo cerrando el partido con un 6-3 y revalidando su título en el Madrid Open.
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