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El cansancio amenaza a Alcaraz mientras Djokovic acecha el podio de la ATP

Rafael Gómez
Alcaraz y Djokovic, en Cincinnati
Alcaraz y Djokovic, en CincinnatiAFP
El reciente triunfo del serbio en Cincinnatti no ocasionó modificaciones en la ATP porque Alcaraz con sólo asegurar su clasificación para la final protegió su número uno. En el US Open, en cambio, un paso en falso de cualquiera de los dos puede ocasionar un movimiento telúrico en el ranking.

Ganar siempre es el sueño de todo deportista. Vivir del éxito, de las victorias y de los premios es una etapa a la que todos esperan alcanzar. Mantenerse allí, en la cima, sin embargo, es una acción que pocas personas llevan a cabo. La regularidad, la paciencia y el trabajo del día a día impulsan al deportista a mejorar y a fijarse nuevos objetivos. Carlos Alcaraz (20) y Novak Djokovic (36) ya tienen su mira puesta en su próximo blanco: el US Open, una competición que exige consatancia, regularidad y trabajo, mucho trabajo. 

Alcaraz, vigente campeón, pretende defender su corona. El español completa un año de máximo regocijo: a sus victorias en la gira española (Barcelona y Madrid) se sumó su triunfo en Wimbledon en donde, precisamente, derrotó a Novak Djokovic en una épica final. 

'Nole', por su parte, también demuestra un buen rendimiento en 2023: conquistó el Abierto de Australia y Roland Garros, venciendo en la definición del título a un Carlos Alcaraz que se vio mermado por el desgaste, ese mismo desgaste que le pasó factura la semana anterior en Cincinnati. 

Sed de venganza

Djokovic, a diferencia de Alcaraz, aterriza en Estados Unidos con una sensación cercana a la venganza: hace un año, el gobierno norteamericano negó su ingreso al país al no estar vacunado. Ahora, sin las restricciones sanitarias, espera arrollar a todo lo que tenga por delante con tal de demostrar sus condiciones. 

El serbio mantiene un estricto acondicionamiento físico y sigue una dieta rica en verduras. Su disciplina le ha permitido mantenerse durante tantos años entre los 10 mejores del mundo. Alcaraz, en la otra esquina, ya no es un 'cachorro' que busca probar suerte. Es un jugador consolidado que en menos de dos años ha tenido un crecimiento envidiable, tanto en aspectos físicos como tácticos.