Tras nueve meses recuperándose de una lesión de muñeca, Muchova vuelve a desplegar su extraordinario talento en el mismo Grand Slam donde el año pasado alcanzó las semifinales.
La checa, actual número 52 de la WTA, brindó una lección de tenis para despedir a Paolini (quinta en el ranking) por un contundente 6-3 y 6-3 en sólo 69 minutos del primer partido de la jornada en Flushing Meadows (Nueva York).
"Estaba un poco nerviosa al principio, había algo de viento y ella es una jugadora increíble pero estoy contenta de que esté funcionando otra vez para mí aquí", declaró una sonriente Muchova.
Este partido era uno de los más esperados de los octavos de final y atrajo al estadio Louis Armstrong, segundo mayor de Flushing Meadows, a personalidades como la famosa editora de Vogue, Anna Wintour.
El pulso, sin embargo, se decantó del lado de Muchova con mucha más claridad de la pronosticada.
Paolini, la tenista revelación de la temporada, sufrió con su servicio y no encontró respuestas ante la avalancha de certeros golpes que llegaban del otro lado de la red.
Muchova no mostró ninguna señal del problema de muñeca por el que tuvo que operarse y que aplazó su debut en la temporada hasta junio, impidiéndole competir por su segunda final seguida en Roland Garros.
"En esos momentos no sabía que pasaría. Fue mi peor lesión y la más larga pero adoro el deporte y aquí estoy otra vez", dijo la checa, que el año pasado cayó en la antesala de la final ante Coco Gauff.
Su rival de cuartos saldrá del duelo entre la brasileña Beatriz Haddad Maia y la exnúmero uno mundial danesa Caroline Wozniacki.