El paratleta de 22 años, que tiene muñones en los hombros y las piernas atrofiadas, terminó la carrera en 3:58.92 en la Arena La Défense, por delante del ruso Vladimir Danilenko (4:14.16) y del chileno Alberto Abarza (4:22.18).
Con esta victoria consigue su tan ansiada tercera medalla dorada, después de ganar en la prueba de 50 metros espalda el sábado y en los 100 metros espalda el jueves.
Dos Santos, que en los Juegos de Tokio consiguió dos medallas de oro y una de plata, tenía como objetivo en esta cita paralímpica completar el triplete.
El abanderado brasileño, que tiene casi 250.000 seguidores en Instagram, padece focomelia, una malformación causada por la detención del desarrollo de una o más extremidades durante el embarazo.
El deportista comenzó a competir en su adolescencia, cuando un profesor lo inscribió a los 13 años en un torneo escolar, sin avisar a sus padres.
Para nadar, se mueve en el agua como un delfín, con movimientos pélvicos, una técnica desarrollada durante largas sesiones de entrenamiento seis veces por semana en la piscina de Juiz de Fora, en el estado brasileño de Minas Gerais.
El viernes disputará su última prueba en los Juegos de París, en la que se enfrentará a nadadores de categoría S3, es decir, con discapacidades ligeramente más leves que la suya.
El domingo ya compitió en la prueba de 150 m combinados contra nadadores de categoría S3, y terminó cuarto.