Así ha sido la charla que ha mantenido con Jesús Toledano, de Flashscore Audios.
Pedro, tercera vez que ha participado en unos Juegos Olímpicos, esta vez como entrenador de windsurf femenino. Con apenas 28 años, ¿cómo es la experiencia de vivir unos terceros Juegos Olímpicos?
Es una experiencia espectacular, haber tenido la oportunidad de competir por Estados Unidos en los últimos dos Juegos Olímpicos, en Río y en Tokio, y de nuevo una oportunidad que se me apareció después de no clasificarme yo para mis terceros Juegos Olímpicos como deportista. He tenido la oportunidad ahora de trabajar con Dominique Stater, que es la chica que ha clasificado por Estados Unidos, y la verdad que sí, que es muy agradecido, muy orgulloso de poder también pasar a las siguientes generaciones lo que yo he aprendido en mis dos Juegos Olímpicos, así que la verdad que muy contento y no me imaginaba con 28 años haber ido a dos Juegos de deportista y uno de entrenador.
En Río ocupó el puesto 28. En Tokio mejoró hasta el noveno. ¿Cuánto de difícil es conseguir una medalla?
Ganar una medalla, sobre todo en vela, la verdad que es muy complicado. Yo, personalmente, nunca he tenido la opción. He tenido unas circunstancias un poquito más complicadas, digamos, que a lo mejor mis competidores. Hemos tenido una falta de apoyo por parte también de la Federación Americana en el pasado, cosa que está cambiando ahora. Para mí siempre es un sueño competir en los Juegos Olímpicos y pelear por una medalla. Y creo que mi resultado en Tokio era mi potencial. Antes de la regata de Río solo tenía 20 años y mi objetivo era disfrutar, vivir la experiencia y utilizarla como un aprendizaje. Yo lo que estaba intentando en Tokio era terminar entre los 10 primeros, era el objetivo que tenía puesto con mi entrenador y la verdad que rendí a mi potencial, mi máximo potencial y estoy muy contento y muy orgulloso de poder llegar entre los 10 primeros, de haber competido en esa medal race, en esa carrera por las medallas de las que hablaba. Y la verdad que es una de las mejores experiencias de mi vida, que creo que me ha permitido ahora poder ser entrenador y enseñar lo que he aprendido en mis dos Olimpiadas como deportista.
Pedro, más allá del talento, del esfuerzo, del sacrificio de cada deportista, está claro que en un deporte como el windsurf o la vela, los apoyos de los que hablaba, los medios, la inversión que cada deportista puede hacer durante el camino, durante la preparación hasta los próximos Juegos, influyen muchísimo a la hora de poder optar de verdad a las medallas.
Sí, para mí el mundo de la vela es un mundo muy técnico, es un mundo muy caro como deportista. Nosotros en el windsurf, por ejemplo, un set de material con el que tenemos que competir ya solamente vale más de 10.000 euros. Tener un buen presupuesto y un buen apoyo, sobre todo por parte de tu federación, es muy importante. Eso también ligado a que no es un deporte muy mediático, que los patrocinios privados son complicados de conseguir, que a lo mejor en el pasado no conseguíamos esa repercusión que necesitábamos para conseguir esos apoyos, pues la verdad que sí, que el talento obviamente es muy importante, pero esa parte de tener ese presupuesto y esa comparación con otros países, sobre todo los que lo tienen, con países muy potentes, como te he dicho, europeos, como Holanda, Francia, que han conseguido muchas medallas, pues si no tienes el apoyo es complicado.
Pedro, hablamos de la inversión, del potencial que tienen ciertos países europeos en vela, en windsurf. En su caso compite por Estados Unidos, pero teniendo pasaporte español también, habiendo vivido en el Puerto de Santa María, en Sevilla, en Florida, ¿por qué decidió participar en los Juegos con Estados Unidos en windsurf?
Pues mira, yo estuve compitiendo por España hasta el año 2013, yo tengo la mitad de mis familia americanas, la mitad es española. En 2016 yo tenía 20 años, creo que no iba a tener la oportunidad de competir contra las dos personas que estaban en el top de España, y nos fuimos a vivir primero a Arabia Saudí y después a Estados Unidos. Me fui a la universidad y ahí decidí empezar a competir por Estados Unidos ya a tiempo completo, con el objetivo de ir a las Olimpiadas de Río, y vi esa oportunidad y la tomé, y la verdad que creo que es una de las mejores decisiones de mi vida y también es un honor, lo volvería a hacer.
Lo que pasa es que hablamos, Pedro, en España de la poca bola, de la poca visibilidad y del poco apoyo sobre todo que se le da a los deportistas que practican deportes minoritarios, pero creo que en el caso de Estados Unidos, al menos por lo que me decía ahora, va un poco también en la misma línea, en la misma sintonía.
Sí, no tengo ninguna duda, de hecho te diría que en España se apoya más los deportes minoritarios que en Estados Unidos porque es un sistema estatal, es apoyo del gobierno. Entonces en Estados Unidos todo es un sistema privado, todo va con patrocinadores privados. Si no eres 100% competitivo y no eres el mejor en lo que haces, el apoyo es difícil conseguirlo. Si hubiera tenido más apoyo, seguramente hubiera tenido la oportunidad de conseguir o de pelear por una medalla, no tengo ninguna duda de que hubiera sido capaz, pero bueno, las cosas pasan y estoy encantado de lo que soy, de haber tenido la oportunidad ahora de competir, sobre todo de hacer de entrenador. Creo que esa falta de recursos me ha hecho estar también más preparado que el resto, yo he tenido que hacerme toda mi preparación física, mi nutrición, toda mi planificación, siempre me la he hecho yo para mí, aprendiendo mis errores y creo que eso también te prepara un poquito más para ser entrenador. Creo que ahora también tengo mucha más experiencia y muchas más cosas que aportarle al deportista que estoy entrenando, así que con eso me quedo.
En Río, en Tokio, ¿esa preparación la hizo entonces de forma autónoma?
Sí, yo he sido siempre bastante autónomo, he tenido la suerte de que mi familia ha podido apoyarme siempre, de que también he cuadrado con gente maravillosa, que siempre han estado apoyándome. A una persona a la que siempre le debo mucho es, yo he tenido básicamente dos o tres entrenadores en mi carrera, pero sobre todo estos últimos años, el apoyo de Jaime Andrés, que es una leyenda de aquí del Puerto Santa María de Valdegrana, que ha estado entrenando a Marina Labao, que después fue medalla olímpica en Londres. La verdad que el pobre nos entrenaba y a veces nos le pagábamos, lo hacíamos cuando podíamos, lo que podíamos, y he tenido la suerte de coincidir con gente así, que tiene la pasión por la vela, por el windsurf, por el deporte, y que lo hace por pasión, más que por otra cosa. Así que gracias a eso, también estoy donde estoy. He tenido oportunidad de trabajar también con Juanma Moreno, que ha estado en el equipo olímpico español durante muchos años, pero nunca ha ido a las Olimpiadas. Ha quedado segundo en muchos clasificatorios, y es un tío con un nivel espectacular, fue mi entrenador antes de Río. Yo me clasifiqué con él para las Olimpiadas de Río, pero después no pudo venir a los Juegos, porque por esa falta de apoyo, no tenía ni credencial para mi entrenador.
¿Le sorprendió el oro de Diego Botín y Florian Tristel?
La verdad que son unos fuera de serie, y vienen de ganar además el evento de 6GP, que es un circuito, es un circuito de catamaranes, también con hidrofoil, que para mí es uno de los más competitivos del mundo. Vienen de ganarlo con el equipo español, que es una hazaña. Viniendo desde abajo, como outsiders, y ganando el evento anual, todo el circuito... son los dos unos fuera de serie. La vela se apoya mucho en España porque también se consiguen muchas medallas a nivel olímpico. Es un sistema un poquito más estatal, del gobierno, esa filosofía que tiene que al final apoya a todos los deportes, más o menos un poco más por igual, y la vela se ve muy beneficiada porque es lo que necesita. La vela no va a conseguir esa atención mediática que tienen otros deportes como el fútbol, y necesita ese apoyo estatal, no solo para crecer, sino para ser competitivos como país, y creo que tienen un sistema que está funcionando bastante bien.
Pedro, ¿cómo ha sido vivir estos Juegos un poco desde fuera, como entrenador de la estadounidense Dominique Stater, en una prueba en la que la italiana Marta Maggetti se alzó con el oro?
Una experiencia completamente diferente. Al final, los deportistas somos muy egoístas, vamos a lo nuestro, somos muy competitivos, todo lo que no nos vaya a aportar, que se aleje de nuestra preparación, no lo queremos tener ni cerca. Ahora esto es un mundo completamente diferente, tú te estás entregando a otra persona, tú haces todo por y para otra persona, tú tienes que olvidarte de ti, ser súper generoso, y aprender esa dinámica. La verdad es que no me ha costado nada, creo que estoy muy orgulloso del trabajo que he hecho con ella, aunque no se haya visto en los resultados, pero sí que es verdad que nos faltaba un poquito de experiencia, sus primeras Olimpiadas, y si tengo la oportunidad, que espero que sí, que está en mis planes, de estar trabajando con ella hasta los Juegos de 2028, creo que es una clara contendiente de medallas en 2028.
Le iba a hacer esa última pregunta precisamente, si el próximo objetivo era estar en Los Ángeles 2028.
No tengo ninguna duda, sobre todo que es muy fácil trabajar cuando tienes a Dominique, por ejemplo, que tiene un talento espectacular, es un diamante en bruto. Para mí, técnicamente, es de las mejores de la flota, el top 5, top 10 de la flota mundial, y no tengo ninguna duda que si trabajamos juntos y de verdad asentamos las bases y trabajamos en lo importante, tener los objetivos muy claros, creo que es clara contendiente de medallas, y quien no lo vea está ciego.
Pues Pedro, muchísimas gracias por atender a Flashcore, estaremos muy atentos a todo este tiempo de trabajo que hay en silencio hasta los Juegos de Los Ángeles 2028, y ojalá que en cuatro años podamos hablar de que Pedro Pascual, de la mano de Dominique, consiga esa medalla, sea de bronce, de plata o incluso de oro.
Pues sí, ojalá, muchísimas gracias por contar conmigo.