La carrera era especialmente esperada por los aficionados porque tenía aspecto de final olímpica, con las principales estrellas en liza: Jakob Ingebrigtsen, cuarto en París 2024, confiaba en vengarse de los hombres que le privaron de medalla en los 1.500 metros, donde el estadounidense Cole Hocker se impuso, el británico Josh Kerr logró la plata y Yared Nuguse sumó el bronce.
Las condiciones de la pista en Zúrich, con el tartán mojado por la lluvia en una noche fresca, deslució el espectáculo y dificultó la conquista del viejo récord del mundo de Hicham El Guerrouj (3:26.00), que sigue en pie pero continúa tambaleándose.
Nuguse venció con un crono de 3:29.21 e Ingebrigtsen fue segundo con 3:29.52.
El campeón olímpico sorpresa, Cole Hocker, fue tercero en esta ocasión (3:30.46), mientras que el vigente oro mundial, Kerr, tuvo que conformarse con el quinto lugar (3:31:46).
En los Juegos Olímpicos, Ingebrigtsen partía como favorito en los 1.500 metros, pero su estrategia de ataque demasiado temprano le hizo desinflarse en el tramo final y quedarse sin metal, en la que fue una de las grandes sorpresas del atletismo en el evento. El prodigio noruego pudo desquitarse unos días después conquistando el oro en los 5.000 metros.
Jakob llegó a Zúrich con altas expectativas después de sus triunfos posJuegos: había vencido a Hocker en Lausana y luego, a finales de agosto, batió el ilustre récord del mundo de los 3.000 m, con un tiempo de 7:17.55.